Introducción

Hasta las décadas de los 90, no se tenía un conocimiento sobre los escolares hiperactivos, con trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), se les identificaba como niños con Problemas de Conducta, Temperamento Difícil, Negativismo, Trastornos Emocionales, etc.

Para 1980 se público en Estados Unidos el Manual de Diagnóstico y Estadística III (DSM-III), donde por primera vez se define el síndrome utilizando una serie de síntomas similar a las características anteriores. Se denomina como el “Trastorno por Déficit de la Atención” (ADD), agrupando otros problemas de comportamiento bajo la categoría de Trastornos de la Conducta. El DSM-III estableció que “las características esenciales son signos de inatención e impulsividad percibidas como anormales desde un punto de vista del desarrollo”. La hiperactividad se describía como presente con frecuencia (ADD-H), pero no era esencial para el diagnóstico.



Ya para 1994 el DSM IV(4) clasifica a la condición dentro del grupo de condiciones tituladas “Déficit de Atención y Trastornos del Comportamiento”, corrigiendo la posible interpretación anterior del DSM III-R que implicaba que todos los niños con la condición tenían problemas de comportamiento.































































































































La realidad virtual detecta el trastorno por déficit de atención



"¿Ya está? ¡Me gustaría jugar más!", dice Julia, de ocho años, cuando el psicólogo le dice que ya se ha acabado y apaga la pantalla del ordenador.
La niña creía que estaba jugando pero, en realidad, se le estaba pasando un test, el Virtual TDAH, una herramienta virtual de ayuda al diagnóstico del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) para niños de entre 6 y 12 años.
Los niños que padecen este trastorno, se estima que entre el 5% y el 10% de la población escolar, presentan falta de atención, gran impulsividad y actividad excesiva, lo que les suele ocasionar problemas en las relaciones, el aprendizaje y el comportamiento.
"La realidad virtual permite observar cómo se comporta el niño en el aula y cómo responde en vivo a las tareas que se le piden", explica Àlex Letosa (Zaragoza, 1974), psicólogo, logopeda y creador del test, con la colaboración de José Gutiérrez, director del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Universidad de Barcelona. El entorno del programa sitúa al usuario en un aula de colegio.
La maestra pide al alumno que cada vez que éste vea un lápiz en la pizarra (además de lápices, van apareciendo otros estímulos como, por ejemplo, zapatos, aviones, globos, bombillas, etcétera) responda con un clic en la barra espaciadora.
El programa recoge cuando el niño acierta -ve el lápiz y responde- y cuando se equivoca, tanto si es porque clica cuando aparecen otros estímulos (signo de impulsividad) como si es porque sale el lápiz y no clica (señal de déficit de atención).
En otra de las situaciones propuestas, la maestra enciende una radio y pide al niño que cada vez que oiga la palabra casa haga un clic. Así, también se tiene en cuenta el déficit de atención auditivo.
Para evaluar con mayor fiabilidad los síntomas de TDAH, el software incluye dos entornos más, siempre ambientados en el aula del colegio, pero con elementos distractores añadidos, como, por ejemplo, un niño que chilla en el patio, un cartel que se cae de la pared, un bote que se rompe, etcétera.
Las mayores ventajas de la herramienta, explica Letosa, son, para el psicólogo, la facilidad de ejecución del programa, la rapidez de ejecución (cada entorno dura 10 minutos) y la exactitud en el análisis de datos porque recoge las respuestas de los niños con una precisión de milisegundos.
Además, se obtienen los resultados enseguida de forma gráfica.
Respecto a los métodos tradicionales, se elimina la parte de subjetividad del padre o del profesional al observar el comportamiento del niño.Para los niños, el principal aliciente es la motivación, porque suelen disfrutar como si se tratara de un juego y no lo relacionan con una situación en la que vayan a ser evaluados.

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