Introducción

Hasta las décadas de los 90, no se tenía un conocimiento sobre los escolares hiperactivos, con trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), se les identificaba como niños con Problemas de Conducta, Temperamento Difícil, Negativismo, Trastornos Emocionales, etc.

Para 1980 se público en Estados Unidos el Manual de Diagnóstico y Estadística III (DSM-III), donde por primera vez se define el síndrome utilizando una serie de síntomas similar a las características anteriores. Se denomina como el “Trastorno por Déficit de la Atención” (ADD), agrupando otros problemas de comportamiento bajo la categoría de Trastornos de la Conducta. El DSM-III estableció que “las características esenciales son signos de inatención e impulsividad percibidas como anormales desde un punto de vista del desarrollo”. La hiperactividad se describía como presente con frecuencia (ADD-H), pero no era esencial para el diagnóstico.



Ya para 1994 el DSM IV(4) clasifica a la condición dentro del grupo de condiciones tituladas “Déficit de Atención y Trastornos del Comportamiento”, corrigiendo la posible interpretación anterior del DSM III-R que implicaba que todos los niños con la condición tenían problemas de comportamiento.































































































































Actividades a evitar

Excesiva Televisión

Recientes estudios medicos indican que el efecto de la violencia que se ve en la Televisión, así como la frecuencia de los anuncios, pueden tener un impacto negativo en las habilidades y valores de desarrollo del niño con TDAH. El cerebro del niño con TDAH carece de las sustancias que ayudan a bloquear y hacer una elección selectiva de los mensajes que son presentados y grabados, así es que todos los mensajes los toman. Igual que los videojuegos, ver la televisión es una actividad pasiva y aislada que quita tiempo para aprender habilidades importantes de desarrollo, interacción social, ejercicio físico que el niño necesita para crecer y convertirse en un adulto sano. En efecto, la televisión puede hacer más difícil para tu hijo, mejorar el aprendizaje y habilidades sociales.

Videojuegos

Las investigaciones nos muestran que en el cerebro del TDAH, estos juegos reducen la línea base de actividad cerebral. El resultado puede ser un cerebro hiper-enfocado, que vuelve al niño adicto a los juegos, que hacen que el niño no tenga límites razonables. El estar buscando la recompensa de hacer algo bien en el juego para compensar su bajo nivel de dopamina puede llevar al niño a sentirse bien. 

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