Introducción

Hasta las décadas de los 90, no se tenía un conocimiento sobre los escolares hiperactivos, con trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), se les identificaba como niños con Problemas de Conducta, Temperamento Difícil, Negativismo, Trastornos Emocionales, etc.

Para 1980 se público en Estados Unidos el Manual de Diagnóstico y Estadística III (DSM-III), donde por primera vez se define el síndrome utilizando una serie de síntomas similar a las características anteriores. Se denomina como el “Trastorno por Déficit de la Atención” (ADD), agrupando otros problemas de comportamiento bajo la categoría de Trastornos de la Conducta. El DSM-III estableció que “las características esenciales son signos de inatención e impulsividad percibidas como anormales desde un punto de vista del desarrollo”. La hiperactividad se describía como presente con frecuencia (ADD-H), pero no era esencial para el diagnóstico.



Ya para 1994 el DSM IV(4) clasifica a la condición dentro del grupo de condiciones tituladas “Déficit de Atención y Trastornos del Comportamiento”, corrigiendo la posible interpretación anterior del DSM III-R que implicaba que todos los niños con la condición tenían problemas de comportamiento.































































































































Fichas para la mejora de la atención:

La realización de los ejercicios que preparamos para mejorar la atención, no nos asegura que se hayan realizado de manera correcta, ni que los niños capten la información deseada. Por lo que se hacen necesarias una serie de condiciones mínimas tanto por parte de la persona que tutoriza la realización de estos ejercicios.

1.- Una correcta explicación.
2.- Adecuado ambiente de estimulación.
3.- Evaluación de los resultados obtenidos.
4.- Constancia y métodos adecuados.
5.- Adecuado dialogo.
6.- Asimiliación de los objetivos.
Una vez establecidas las pautas para la realización de las actividades para mejorar la atención continuamos con una serie de baterías.


Déficit Atencional - Omega 3 y Déficit de Atención e Hiperactividad.

hiperactividad omega 3Durante muchos años se ha establecido una relación cercana entre Omega 3 y Déficit de Atención. Los aceites Omega 3 son uno de los componentes principales de la materia del cerebro. Cerca del 60% del cerebro en peso es grasa.

La grasa es tan importante para el cerebro como el calcio para los huesos: es su materia prima. Si Ud. tiene grasa de baja calidad en su cerebro las conexiones entre neuronas no serán óptimas.

Por eso es tan importante que las futuras madres y las que están alimentando tengan una dieta alta en aceites omega 3, y baja en omega 6 y grasas Trans. 
Hasta el 40% de la grasa de su cerebro es DHA, uno de los componentes principales del Omega 3. Por esta razón es relevante tener una dieta alta en Omega 3. Ahora se puede comprender mejor la relación Omega 3 y Déficit de Atención.
Estudio tras estudio ha comprobado que el Omega 3 y Déficit de Atención están íntimamente relacionados. Seguro que el omega 3 no cura el Déficit de Atención pero optimiza al máximo las cualidades mentales que tenga una persona. Esto es lo importante.

Sus causas

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH, o ADHD por su sigla en inglés) es un trastorno de la conducta que se caracteriza habitualmente por la presencia de tres síntomas básicos:
• Distractibilidad
• Impulsividad motriz y emocional
• Hiperactividad (hipermotilidad, hiperkinesia).
En un principio este cuadro fue atribuido a diversas causas, como secuelas de daños en el sistema nervioso central ("daño cerebral mínimo"), alteraciones de las funciones por factores alimenticios y/o metabólicos (disfunción cerebral), etc. Sin embargo, al observar su manifestación en familiares de la persona afectada se comenzó a pensar que su etiología debía tener su origen en un factor genético. Si bien aún se discute sobre su causa (etiología) primaria, es compartida la teoría de una base genética y un conjunto de factores desencadenantes.
Las manifestaciones de este trastorno pueden estar asociadas a trastornos del ánimo, depresión, trastornos de la conducta, del aprendizaje (como dislexias, disgrafías, discalculias) y del lenguaje, entre otros. Y muchas veces estos mismos trastornos pueden también observarse en familiares de la persona afectada.
Los primeros datos los proporcionan los familiares y las personas a cargo de la educación del niño (docentes, psicopedagogos, psicólogos), a través de hechos que observan en forma cotidiana. Pero el TDAH debe diagnosticarse mediante tests individualizados de capacidad y desempeño cognitivos y un examen médico-neurológico. Su frecuencia varía en los distintos grupos étnicos, pudiendo oscilar entre un 5 y un 10% de la población. Si bien incide sobre ambos sexos, predomina más en varones que en mujeres, sobre todo en sus manifestaciones de hiperactividad e impulsividad.

Tipos de Déficit Atencional

A Martín no lo para nadie. Durante los escasos minutos que permanece sentado, mueve sus pies con insistencia y se balancea en la silla. En el colegio no es capaz de finalizar sus tareas ni tampoco de ser amistoso con sus compañeros de curso. A sus escasos seis años, ya es considerado un niño problema.


Desde pequeño fue inquieto, pero este rasgo de su personalidad se agudizó al entrar al colegio. Él es parte de ese treinta por ciento de escolares que es diagnosticado con déficit atencional. Éste se define como un trastorno de la conducta que se caracteriza por dificultades en la atención y concentración, así como impulsividad e hiperactividad, generalmente asociadas a un mal rendimiento en el colegio. Síntomas que en algunos niños disminuyen a medida que avanzan hacia la adolescencia, pero que de igual forma persisten en algún grado hasta la adultez.


Existen dos tipos de déficit atencional: con hiperactividad y sin ella.


Los niños con déficit atencional sin hiperactividad se distraen con facilidad, presentan dificultades para concentrarse en sus deberes escolares como también en los juegos. Son de esos menores que por lo general no terminan lo que empiezan y siempre llegan a casa diciendo que se les extravió algo. Son los “distraídos” del curso.


En cambio, los que sufren este trastorno y además son hiperactivos se caracterizan por ser extremadamente inquietos. Van de un lugar a otro, abren cajones y puertas, y se suben a sitios peligrosos. Además, se enojan con facilidad, molestan a otros niños y se frustran con rapidez cuando algo no les resulta o no se satisfacen sus pedidos. Más aún, actúan antes de pensar y tienen drásticos cambios de estado de ánimo.

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